Paladar Cinematográfico
El último tango en Paris
Comienza con la depresión de un hombre y la ansiedad y ocio de un niña de 20, divagan un poco hasta el momento que se conocen en un apartamento que se renta en Paris, al principio me pareció Rayuela de Cortázar por la cuestión del encuentro.
Conocer a Jeanne (Maria Schneider) para Paul fue un revulsivo en su vida, al verse los dos desconocidos en el piso en renta, sienten un deseo sexual que los lleva a tener relaciones en el lugar y en el momento de su primera vista. De ahí en más el insiste en verse en aquel lugar solo para saciar sus ánimos carnales en el entendido de no establecer ninguna relación sentimental, incluso sin saber sus nombres reales, sustituyéndolos por gruñidos y graznidos, que servirían de sustantivos para ambos.
El último tango en Paris, de Bernardo Bertolucci, se vuelve significativa por su alto contenido explicito para la época, pues Maria Schneider se desenvuelve desnuda en primer plano en las escenas eróticas con Brando, siendo una de las más emblemáticas, aquella en la que es sodomizada con la ayuda de un poco de mantequilla.
Jeanne se enamora de Paul, él la rechaza porque aun no se repone a su perdida, tiene que sacar lo que siente, odio y amor por su mujer. Se arrepiente, en verdad desea estar con ella, la busca para ya nunca más poder estar con nadie.
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