Amuse-bouche

Quizá yo sea un maniático de la equidistiancia. En cada problema que se me presenta, nunca me siento atraído por las soluciones extremistas. Es posible que ésa sea la raíz de mis frustración. Una cosa es evidente: si, por un lado las actitudes extremistas provocan entusiasmo, arrastran a los otros, son índices de vigor, por otro, las actitudes equilibradas son por lo general incómodas, a veces desagradables y casi nunca heroicas. Por lo general, se precisa bastante valor (una clase muy especial de valor) para mantenerse en equilibrio, pero no se puede evitar que a los demás les parezca una demostración de cobardía. El equilibrio es aburrido, además. Y el aburrimiento es, hoy en día, una gran desventaja que por lo general la gente no perdona.

La Tregua. Mario Benedetti (1960)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Focus Features

“El Origen” es ya un clasico del cine

Dictadura mexiquense.